El RM saca un punto milagroso en Montilivi

Diez de doce puntos posibles. Números que no están al alcance de muchos equipos en esta complicada Segunda División A pero que son los que ha cosechado el Real Murcia en los últimos cuatro compromisos. Y cifra que le ha servido para ‘alquilarse’ una plaza entre los mejores, que de seguir así puede ser que ejerza el ‘derecho de compra’. Lo de hoy en Montilivi ha sido una muestra más de que el bloque es compacto, de que está por encima de individualidades y que sabemos recomponernos ante las adversidades. Se acaba la primera vuelta con 33 puntos, lo que nos deja en una buena posición para cerrar nuestro principal objetivo, la permanencia.

La tarde iba a ser complicada. Ante nosotros teníamos a un oponente que se está jugando mucho. Estrenaba entrenador y eso supone un aliciente más para los futbolistas. Necesitan con urgencia un cambio de dinámica y por eso salieron decididos a por la victoria. Antes de adelantarse ya habían gozado de oportunidades y eran los dueños del balón. En el 12’ tuvieron su recompensa con el gol de Jandro. Incluso un minuto después pudo el mismo protagonista hacer el segundo, pero Alberto, por enésima vez en lo que va de temporada, ganó el mano a mano.

El gol y las acciones de los de Uribe espabilaron al Real Murcia. Con el paso de los minutos igualamos la posesión y con ella nos presentábamos en la portería que defendía Dani Mallo. El primero en probar fortuna fue Cerrajería, pero el cancerbero desvío a saque de esquina. En la segunda, la igualada. Internada de Molinero hasta la línea de fondo y su centro lo introdujo en su propia meta Tortolero.

El 1-1 cambió ya la dinámica del resto del encuentro. El Real Murcia se veía cómodo con el balón, creando miedo a un rival que veía como lo que se le había puesto de cara se le volvía en contra. Pudo irse incluso en desventaja al descanso, pero Mallo repelió el disparo de Cristian García. Y más incertidumbre iba a crear en el Girona FC el inicio de la segunda parte, cuando Corominas mandó al larguero una pena máxima. Lo había tenido en la mano y no lo supieron aprovechar.

Por su parte, la banda derecha ‘amarilla’ ponía en jaque la defensa catalana. Molinero e Isaac sobrepasaban una y otra vez a sus oponentes. Fue el interior el que gozó de la mejor opción, en un contragolpe que acabó con un chut suyo que desbarató Mallo.

Ninguno de los dos equipos pudo ganar la partida y se firmaron tablas en Girona. Como ya dijimos, un nuevo paso adelante para el Real Murcia.